Tomando la vía hacia San Gabriel, a unos 8 km. de Tapalpa, se encuentra este cuerpo de agua, cuyo camino de acceso discurre entre el perfume de la lavanda y la belleza de las flores silvestres que ofrecen al caminante sus tonos amarillos y blancos. La presa es frecuentada por los aficionados a la pesca deportiva, que rara vez terminan la jornada sin capturar una carpa, una trucha, una lobina o una tilapia. En las cercanías hay algunos alojamientos, un club de golf y en la presa puedes hacer canotaje y natación en aguas abiertas.